Fragmento de lo que creíamos que era un libro y una película: https://youtu.be/R4csizZgJzs
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RELATO
Dichosa la época de la pandemia del COVID-19, ya que no fue nada con lo que quedaba por venir. Y vino. El cambio climático que muchos se tomaban en broma en los primeros lustros del siglo XXI fue a más. ¿Qué ocurrió? Sucedió que los glaciares se derritieron y todas las bacterias, virus, etc., congeladas pasaron a formar parte de nuestro mundo. Al COVID le siguió la viruela del mono, a la del mono la viruela del perro, y, más tarde, la del gato. Los seres humanos desesperados se deshicieron de sus mascotas.
Ahora estoy en un centro médico de especialización que se creó en 2025 para analizarnos a todos, y eso están haciendo con las miles de personas que estamos aquí. No sabemos, pues no nos dejan salir, cómo estarán en otros lugares del mundo, si es que están. La cuestión es que la Educación terminó en el momento en que la desesperación llevó a la gente a sacrificar a sus mascotas. Por poco tiempo. No se sabe aún de dónde ni cómo, pero los monos, perros y gatos han vuelto para dominar el mundo. Son ellos los que educan, pero con las personas han desistido. El salvajismo del ser humano con los animales fue una muestra de que ellos nos superan. Existen otros mundos subterráneos que no tuvimos en cuenta. Existen otras galaxias que tampoco tuvimos en cuenta. Ese fue nuestro error. El hombre no es dueño de nada si no contempla las múltiples realidades que existen. Es un elemento más de la magnanimidad del universo. En los glaciares aparecieron mamuts masticando personas, que han vuelto para unirse al reino animal en la resistencia.
La palabra no nos hace mejores, todo lo contrario, el silencio es el que oculta tesoros y hay que saber escuchar al silencio. Los animales lo hicieron y supieron respetarnos. Nosotros no. ¿Qué haríamos si no paran de maltratarnos constantemente? ¿Qué haríamos si nos mataran en el ruedo por simple diversión del vulgo? ¿Qué destino tendríamos? Todas estas reflexiones me las contó un gorila, mientras me daba mi ración de comida. No me maltrataban más allá del encierro, pero el ser humano sí maltrató a millones de animales. Incluso me dejan leer el Libro de los monos, pero no lo entiendo. El Gorila Mayor es el que educa a todo el reino animal, eso del león es un mito. En definitiva, la futura del docente está en manos del Gorila Mayor, y la Educación es cosa de animales. Ahora me he acordado de que hace un siglo un proyecto de los monos conocido como El planeta de los simios nos dio la oportunidad de mejorar. No. No era una película de Franklin J. Schaffner. No. No era una novela de Pierre Boulle. No. No era una película de un tal Tim Burton. Sus nombres fueron usados por los simios, pero no existen. Resulta que eran hologramas que nos implantaron en el cerebro para educarnos. La Educación es cosa de animales.
